Illidan Tempestira (Illidan Stormrage en Warcraft III e Illidan Furia de Tormenta en los libros de RPG[7]) fue el autoproclamado Señor de Terrallende, que gobernó desde el Templo Oscuro. Illidan nació como un elfo de la noche, y, en palabras de Maiev Cantosombrío "no es un demonio ni un elfo de la noche, sino algo más". Es el hermano gemelo de Malfurion, y, al igual que él, siempre estuvo enamorado de Tyrande. Es difícil clasificar todos sus poderes, por el hecho de que el aprendió muchos hechizos siendo cazador de demonios, hechicero, y habiendo recibido los poderes de la Calavera de Gul'dan. Sus deseos de poder y magia arcana lo han conducido a el hacer actos horroríficos en contra de su propia gente y las razas de Azeroth, incluyendo traer a Sargeras durante la Guerra de los Ancestros y crear el segundo Pozo de la Eternidad. Fue encarcelado durante diez mil años por sus acciones hasta su liberación durante la Tercera Guerra. Tuvo varios títulos, conocido como el Traidor por sus actos en contra de los elfos de la noche y como Señor de Terrallende, tras derrotar al demonio Magtheridon. Tratando de derrocar a su antiguo prisionero, Maiev se alió con Akama para invadir el Templo Oscuro, donde acorralaron a Illidan en su sagrario interior y lo derrotaron, poniendo punto final a una de los historias más trágicas en Azeroth.
, hermano gemelo de Malfurion, practico la magia de la nobleza de Azshara. En su juventud intentó aprender las enseñanzas druídicas, como su hermano hizo, pero la hechicería lo atrajo de una forma que la magia de la tierra no hizo. A diferencia de su hermano, Illidan nació con ojos dorados, que en ese tiempo era una señal de un gran destino, sin embargo esto indicaba potencial para ser druida.[8] Cuando Tyrande y Malfurion encontraron su destino, Illidan todavía estaba buscando el suyo. Se convirtió en el hechicero personal del líder militar Kur'talos Cresta Cuervo. Cuando la invasión de Archimonde a Azeroth comenzó y la traición de Azshara se descubrió, Malfurion convenció a Illidan de abandonar a su reina. Illidan persiguió a su hermano. Pero cuando Cenarius y los dragones entraron en batalla, Malfurion entendió que sus enemigos eran muy poderosos para caer en batalla. Para terminar la invasión debían destruir el Pozo de la Eternidad. La idea no le gustó a Illidan, el pozo era la fuente de su magia, y su destrucción era un precio muy alto para el de pagar, de hecho el elfo empezó a admirar los poderes de la Legión Ardiente. Los elfos luchaban para defender sus tierras y mantener sus posiciones, pero los miembros de la Legión no parecían disminuir. El sátiro Xavius se apoderó de sus dudas, aprovechando su confusión para plantar semillas de desconfianza en su mente haciendo que Illidan comenzase a buscar el poder de la Legión para convertirse en un ser más fuerte. Mientras que en su mente trataba de derrotar a la Legión Ardiente, realmente les ayudó dándole a Sargeras el Alma del Demonio para hacer el portal más poderoso. Fue en este momento probablemente en alguna parte cuando Illidan derrotó a un comandante apocalíptico llamado Azzinoth y tomó sus armas como propias, los cuales llegarían a ser conocidos como las Gujas de guerra de Azzinoth. Illidan tenía fuertes sentimientos hacia Tyrande Susurravientos, una sacerdotisa novata de las Hermanas de Elune. Illidan estaba tan interesado en llamar la atención de Tyrande, que algunas veces actuaba sin pensar, principalmente en la magia, él no se dio cuenta que esas no eran las cualidades que Tyrande buscaba en un compañero. Pero mientras el batallaba para ganarse el corazón de Tyrande, no se dio cuenta que la batalla terminó poco antes de empezar, Tyrande escogió a Malfurion casi desde el principio. Xavius le enveneno la mente diciéndole que si Malfurion moría él ya no tendría rival para el amor de Tyrande. Finalmente cuando Illidan vio a Tyrande en los brazos de Malfurion rompió relaciones con los defensores de Azeroth. Illidan, con un nuevo plan en su cabeza, viajó a Zin-Azshari. Allí fingió alianza con Azshara y Mannoroth. El plan de Illidan era obtener el Alma del Demonio, un artefacto de gran poder creado por Alamuerte, que tenia la habilidad de cerrar el portal que estaba trayendo los demonios a Azeroth. Sin embargo para cumplir este plan, Illidan tenía que ganar mas poder. Illidan fue eventualmente traído hasta el mismo Sargeras, quien rápidamente descubrió el plan del elfo de obtener el Alma del Demonio para la Legión. Sargeras estaba complacido con este plan, y le dio a Illidan un "regalo" por su alianza. Le sacó los ojos a Illidan, y puso en su lugar unas orbes de un fuego místico que permitía a Illidan ver todas las formas de magia, Azshara estaba fascinada con el "nuevo" Illidan, pero siguió cautelosa, ordenando al capitán Varo'then acompañar a Illidan en su busca del Alma del Demonio. Después del Ocaso del Mundo, Illidan, quien había llenado siete viales con el agua del Pozo de la Eternidad, escaló los picos del Monte Hyjal, donde encontró un pequeño y tranquilo lago, allí vació tres viales en el agua. Las caóticas energías rápidamente se manifestaron, contaminando el lago y transformándolo en un nuevo Pozo de la Eternidad. La alegría de Illidan fue corta, cuando Malfurion, Tyrande y el resto de los líderes kaldorei lo descubrieron, todos estaban horrorizados por lo que el había hecho. No pudiendo aceptar que su hermano había cometido tal traición, Malfurion trato de nuevo de explicar a Illidan lo tonto de sus acciones. La magia que el insistía, era caótica por naturaleza y solo podía traer destrucción mientras existiera. Illidan se negó a escucharlo, Illidan dijo que iban a necesitar esta magia si alguna vez regresaba la Legión. La falta de remordimiento impactó a Malfurion hasta sus adentros y se enfadó con su hermano, entendiendo ahora que Illidan estaba perdido para siempre. Ordenó que lo encarcelaran en las profundidades de Hyjal en una cárcel alejada de vista y mente. Malfurion después señaló que a veces fue a visitar a Illidan a su prisión con la esperanza de traerle de vuelta al camino correcto.
Illidan estuvo encarcelado durante 10.000 años en una prisión sin luz. Califax, un Guardián del Bosque, y un grupo de elfos de la noche (incluyendo a Maiev Cantosombrío) vigilaron constantemente al Traidor. La libertad vino de las inesperadas manos de Tyrande, quien mató a los guardias elfos en la esperanza de usar a Illidan contra la Legión, que regresó a Azeroth gracias a la Plaga. Illidan aceptó y juró que iba a sacar a la Legión de las tierras de los elfos para siempre. Malfurion se opuso a la decisión de Tyrande, pensó que la matanza de los guardias y la libertad de Illidan fue un error catastrófico. Illidan estaba frustrado porque su hermano seguía sin cambiar y ansioso de probarle a su hermano que los demonios ya no lo dominaban, Illidan dejó a Malfurion detrás, lideró una fuerza de elfos de la noche hacia Frondavil para cazar a la Legión. En Frondavil, se encontró con Arthas, campeón del Rey Exánime, y combatieron. Los dos estaban igualados, Illidan detuvo el duelo y demandó a Arthas a decirle por qué lo había perseguido. Arthas le habló a Illidan acerca de la Calavera de Gul'dan, el artefacto demoníaco que corrompió Frondavil. Explicó que si el artefacto se destruyera, la corrupción del bosque se acabaría. Para asegurar que Illidan tomaría el reto, Arthas no dio ningún detalle del poder de la calavera, agregando que su maestro sabia de su sed de poder. Aunque Illidan no confiaba en Arthas, no obstante solicitó la Calavera y su poder. Una gran puerta demoníaca guardaba la Calavera cuando Illidan y sus tropas pelearon valerosamente para obtener acceso al artefacto. Conducido por necesidad e influenciado por la creencia que con un poder aumentado, podía ser perdonado por Malfurion, destruyó el sello demoníaco y usó los poderes de la Calavera para sí mismo. La batalla por el control de la Calavera vino con un gran precio y el poder del artefacto cambió a Illidan. Transformado en un demonio, Illidan destruyó al señor del terror Tichondrius y a sus fuerzas. Pero la victoria vino de la mano con la devastación. Tyrande y Malfurion sintieron el poder demoníaco dentro de Illidan. Malfurion regañó a su hermano, convencido de que Illidan cambió su alma por más poder. Enfurecido, Malfurion exilió a Illidan de los bosques. Sintiendo que su sacrificio y esfuerzos fueron inapreciados, Illidan dijo "Que así sea... hermano," y abandono las tierras de los elfos de la noche.
Kil'jaeden se presenta a Illidan, pocos meses después de la derrota de Legión y la muerte de Archimonde. Tras la derrota de la Legión, Illidan fue visitado por Kil'jaeden, quien le ofreció la última oportunidad de servir a la Legión Ardiente. Le dijo que fuera al Trono Helado, y lo destruyera. Ner'zhul se había vuelto demasiado poderoso para que Kil'jaeden lo pudiera controlar, por lo que Illidan tenia que eliminarlo a cambio de más poder y magia de los que podría imaginar. Le dio poderes a Illidan y el Orbe de Kil'jaeden para ayudarlo en su tarea. Al tomar la encantada Calavera de Gul'dan, poseyó las malvadas memorias del brujo, y un plan le vino a la cabeza, pero necesitaría aliados para ayudarlo con su tarea, en vez de adquirir nuevos subordinados, decidió pedir ayuda a los amigos que ya tenía. Illidan llamó a los naga a la superficie. Los naga, antes conocidos como quel'dorei, servidores de Azshara, estaban ansiosos de tomar venganza en contra de los elfos de la noche y las otras razas que caminan sobre la tierra. Azshara envió a su poderosa servidora, Lady Vashj , para liderar a esos que se van a llamar "naga de Illidan". Pero Illidan todavía tenía que hacerse cargo de la molesta Guardiana, Maiev Cantosombrío, ella lo persiguió por todo Kalimdor. Illidan entonces se alió con un grupo de sátiros conocidos como Servidores de Illidan y corrompió a algunos fúrbolgs. Illidan fue al puerto de Nendis con sus subordinados naga y sátiros matando todo lo que se cruzara en su camino, Illidan secuestro un barco y zarpo, mientras un grupo de naga se quedaron destruyendo los barcos restando y arruinando todas las esperanzas de seguirlo. Illidan llegó a las costas de las Islas Abruptas, en las ruinas de la antigua ciudad de Suramar (irónicamente, la misma ciudad donde Illidan creció) la cual Gul'dan y sus brujos levantaron hace veinte años, y el hogar de la Tumba de Sargeras.
, Pero los siervos de Illidan no lograron destruir todos los barcos. Maiev y las Vigilantes llegaron a las Islas Abruptas poco después de que llegara Illidan, y las dos fuerzas batallaron alrededor del terreno. Illidan llegó a la tumba, y Maiev fue rápida en seguirlo. Con el conocimiento de Gul'dan, Illidan cruzo rápido la tumba y llegó al cuarto donde el Ojo de Sargeras estaba. Maiev llegó cuando Illidan y Vashj estaban activando el poderoso artefacto, y como venganza de haberlo imprisionado diez mil años, Illidan uso el Ojo para derrumbar la tumba, y luego escapó por unos túneles subterráneos que habían construido los naga. Illidan mató a todas las demás Vigilantes incluyendo a Naisha en la Tumba, pero Maiev escapó con sus habilidades especiales. En la superficie, Illidan y Maiev batallaron por la supremacía mientras que una de las Vigilantes se dirigía hacia Vallefresno para traer refuerzos. Malfurion y Tyrande llegaron a las Islas Abruptas con refuerzos, mientras el campamento de Maiev estaba siendo invadido. Cuando ellos contra atacaron, las fuerzas de Illidan se desmoronaron, pero lograron escapar antes de ser heridos seriamente. Tyrande los persiguió fuera de la base, Illidan, la atrapó para defenderse, y después le advirtió que no interfiriese. El demonio escapó hacia el mar otra vez. Durante la batalla, Tyrande le reveló por qué rechazó a Illidan: demasiado borracho con su creciente poder y poderes políticos, que se olvidó de su propia fuerza interior. Malfurion, a pesar de su creciente poder, no se olvidó de su poder interior. Herido con este conocimiento, Illidan por fin controló sus sentimientos. Illidan llegó a las costas de Lordaeron, y rápidamente cruzó el Bosque de Argénteos hasta llegar a Dalaran, donde Illidan empezó a usar el Ojo de Sargeras, para destruir Corona de Hielo y el Trono Helado. Pero fue interrumpido por Maiev y Malfurion, y el hechizo falló. Malfurion sintió el hechizo desgarrando la tierra y concluyó que era un peligro para el mundo y que tenía que ser detenido. Illidan, quien fue detenido por su hermano, llamó a Malfurion un tonto porque estaba destruyendo al Rey Exánime, su enemigo común. Malfurion estaba furioso por la supuesta pérdida de Tyrande, que de acuerdo con Maiev murió. A Illidan se le rompió el corazón al saber que la mujer que amaba estaba muerta, pero el Príncipe Kael'thas, el nuevo aliado de los elfos de la noche, dijo que es muy prematuro decir que está muerta. Kael'thas explico que no fue matada por los no-muertos, como Maiev le había dicho a Malfurion que ella cayó en un río y fue arrastrada por las corrientes. Malfurion inmediatamente arrestó a la Guardiana y salió en busca de Tyrande. Illidan rogó que fuera aceptado para ayudar a su hermano a buscar a su amada sacerdotisa. Illidan y su guardia personal de naga encontraron a Tyrande bajo un gran ataque por las fuerzas de los no-muertos, aparentemente ella mató a cientos de no-muertos con unas pocas Centinelas de refuerzo. Illidan y sus naga batallaron a los no-muertos hasta alcanzar a Tyrande. Ella fue traída rió abajo hacia el campamento elfo, y cuando la llevo hacia Malfurion, ella estaba asombrada. Malfurion le dijo a Illidan que era libre de irse con la condición de no tratar con los elfos de la noche de nuevo. Illidan, deseando un fin al conflicto con su hermano y nunca deseando un conflicto con Tyrande, aceptó.
Después de que Malfurion lo dejara irse, Illidan creó un portal hacia Terrallende y escapó inmediatamente, perseguido por Maiev. Debido a que fracasó en su intento de destruir a Ner'zhul, sabía que la cólera de Kil'jaeden no tardaría en llegar, así que trató de buscar un mundo donde estuviera tranquilo. Sintió que Terrallende, las ruinas de Draenor, era el lugar preciso. Illidan fue perseguido en el arrasado mundo orco hasta ser capturado por Maiev y las Vigilantes, siendo encarcelado de nuevo. Sin embargo fue salvado por Kael'thas Caminante del Sol y Vashj y tras ver de lo que eran capaces, aceptó la alianza con los elfos de sangre, convirtiendo al Príncipe Kael'thas en su mano derecha. Los sin'dorei, junto con los naga, podían hacer cumplir cualquiera de sus planes. Illidan continuó con su plan original, liberar Terrallende de la influencia demoníaca y lograr escapar del alcance de la ira de Kil'jaeden. Para conseguirlo, ellos asediaron la Ciudadela Negra de Magtheridon, el Señor del Foso que controlaba los restos del mundo rojo. Para evitar que el demonio recibiera refuerzos, Illidan cerró los portales dimensionales que comunicaban con el Averno Astral. Cuando llegaron a la Ciudadela Negra, Akama y sus draenianos acudieron en ayuda de Illidan. Tras la deuda contraída por librarlos de los orcos viles que estaban asediando su pueblo, era la hora de pagarla. Todos juntos; naga, elfos de sangre y draenianos, asaltaron la Ciudadela Negra y destruyeron las defensas de Magtheridon. Más tarde derrotaron al Señor del Foso en una cruenta batalla. Magtheridon, había notado el gran poder de Illidan y le pregunto si era una prueba de la Legión. Illidan se rió, afirmando que no era una prueba, sino un reemplazo. Magtheridon fue encarcelado por Illidan en la Ciudadela de la Península del Fuego Infernal bajo la supervisión de Keli'dan, donde era mantenido con vida con el objetivo de crear un gran ejército de orcos viles usando para ello su sangre demoníaca.
Cuando Illidan juntó las fuerzas de Terrallende en un nuevo estandarte, una tormenta de fuego y polvo descendió sobre la Ciudadela Negra, y Kil'jaeden apareció en toda su profana gloria. Regañando a Illidan por sus tontos intentos de escapar de su cólera, Illidan rápidamente afirmó que había estado reuniendo a sus fuerzas para un segundo ataque contra el Trono Helado. Kil'jaeden, viendo que sus nuevos aliados "prometían", acordó darle una oportunidad más para apaciguar a los demonios. Illidan, Kael'thas y Vashj, asediaron Rasganorte y batallaron con las fuerzas de Anub'arak cuando iban camino hacia Corona de Hielo. Pero Ner'zhul sabiendo que sería derrotado si no hacía nada, llamó a Arthas hacia Rasganorte para completar el plan que había comenzado muchos meses atrás. Finalmente, las fuerzas de Illidan llegaron a Corona de Hielo, cuando Arthas y Anub´arak estaban saliendo de Azjol-Nerub, y las dos facciones combatieron en una titánica batalla cuando estaban tratando de ganar el control de los cuatro místicos obeliscos alrededor del Glacial de Corona de Hielo. Después de horas de combate, Arthas activó todos los obeliscos, y las puertas hacia el Trono Helado fueron abiertas. Pero Illidan no estaba terminado aún. Encontrando al debilitado Arthas en la base del glacial, los dos guerreros combatieron. Después de unos minutos de batalla, Arthas burló las defensas de Illidan y lo cortó por la mitad. Illidan cayó en la nieve, muerto, o eso parecía. Estaba gravemente herido, pero no muerto. Después Kael'thas y Vashj se dieron cuenta que no podían destruir al Trono Helado y se retiraron hacia Terrallende llevando a Illidan con ellos. Nota: La animación de la lucha entre Illidan y Arthas fue al principio planeada como cinemática. Por cuestiones de tiempo, se tuvo que incluir la escena en el juego. Los creadores dijeron que su mayor retractación sobre este cambio fue que muchos asumieron que Illidan murió, cuando el vídeo pudo revelar que Illidan sobrevivió y alcanzó a presenciar la transformación de Arthas.